domingo, 20 de octubre de 2013

Capítulo 11


¿Quién se creía ese tal John por llevar un traje y tener dinero? Ese hijo de perra no iba a tener nada que ver conmigo, nunca. Es más podría ser mi padre, era de su jodida edad; ese hombre tenía algún problema mental, su actitud con alguien como yo, era realmente repulsiva.
-Te digo que no quiero nada que venga de ti. -sacudí la cabeza para que me soltara.
-No entiendo por qué nena. Conmigo todo sería mucho más fácil, tu padre tiene dinero, pero yo tengo mucho más, no tendrías que trabajar, podrías tener todos los caprichos que quisieras y yo a cambio te tendría a ti. -se mordió el labio inferior. Esa situación era vomitiva.
-¿Qué clase de problema  tienes?¿Te crees que vas a comprar a alguien como yo con dinero? Das asco, asco. Es una lástima que tu familia no sepa quien eres en verdad. Maldito subnormal. -traté de levantarme del banco, pero él me agarró del brazo.
-Escúchame niñita. -sonrió con maldad. -Vas a mantener tu boca cerrada, si quieres que tu padre siga con trabajo, ¿entendido? Puedo hacer que le despidan con tan solo mover un dedo.
La rabia me estaba comiendo por dentro, ¿cómo alguien podía ser tan frívolo? Creía que Harry sería la persona más inestable que me podía encontrar, pero su padre o diablo más bien dicho, le superaba. Quería soltarle un puñetazo en la cara y quedarme más ancha que larga, conmigo no jugaba nadie y quería que eso le quedase claro. Nadie, NADIE me toreaba, por más edad que tuviera y por más malas intenciones que saliesen de él.
Me levanté antes de que John pudiera decir nada y le di un pisotón, lo más fuerte que pude, intentando clavar mi tacón lo máximo posible.
Él solo se retorcía y gruñía de dolor; no esperé más y salí corriendo; no sabía a donde ir, pero lo que si tenía claro era que no quería seguir en la casa de ese hombre, ya me disculparía más tarde con Niall, Liam y con mi padre.
Giré la esquina y me apoyé en la pared, asomé un poco la cabeza para divisar si John seguía ahí; ya se había levantado e iba cojeando hasta la casa. Respiré aliviada, por un momento me acojoné, ese hombre podía hacer mucho daño a mi padre y yo no quería eso, pero estaba claro que tampoco iba a acceder a sus pretensiones.
Saqué el móvil del bolso y tras pensarlo unos instantes marqué el número de Liam, había pensado en llamar a Niall, pero a él no podría contarle lo ocurrido y a parte no quería estropearle la noche con su novia.
-¿Liam? -pregunté intentando recobrar el aliento todavía.
-¿(Tn__)? He salido a buscarte porque tardabas mucho, pero no te encuentro, ¿dónde estás?
Volví a asomar mi cabeza para poder divisar a Liam apoyado en el banco donde antes había estado sentada con ese mal nacido. Finalmente asomé todo mi cuerpo para que Liam pudiera verme.
-Mira al frente, ¿me ves? -le hice señas con las manos; Liam me correspondió y colgó el móvil mientras se dirigía hacia mí.
-¿Por qué estás aquí? -dijo situándose enfrente de mí.
-He tenido problemas y querís hacerte saber que me iba, no quería dejarte sin ninguna explicación, al fin y al cabo fuí yo la que te ofreció ser mi acompañante. -sonreí.
-¿Qué ha pasado? Sé que nuestra relación ha sido solo cordialidad y trabajo, pero puedes confiar en mí, y si tú no vuelves a esa fiesta, yo tampoco. Ya me estaba aburriendo mucho. -se carcajeó y encogió los hombros.
Reí con él y le di un pequeño golpe en el brazo. El Liam dulce atacaba de nuevo, y aunque eso no iba conmigo, tenía que reconocer que me gustaba.
-Me caes bien. -le sonreí.
-Vaya, algo es algo. -cogió mi mano e hizo que me agarrara a su brazo. -Vamos a la parada de taxi que está aquí al lado y mientras me cuentas, ¿te parece? 
-Vale.-asentí y comenzamos a andar. -Ese tal John es un capullo, salí a fumarme un cigarro y él salió al poco rato y se sentó a mi lado, empezó a decir que él me podría dar todo lo que yo quisiera y que a cambio él me tendría a mí y...
-¿Qué? -Liam me interrumpió. -Sabía que no era trigo limpio, pero lo que ha hecho no tiene nombre. -su cara empezó a enrojecer, creo que estaba furioso y eso todavía le hacía más gracioso.
-Tranquilo Hulk, todo está bien, le he puesto en su sitio. -me reí al recordar a John cojeando. 
-Miedo me das.
-Mejor. No le digas nada a mi padre de esto, por favor. 
-Claro que no (Tn__).

El taxi paró frente a mi casa. Abrí mi bolso para pagar lo que le debía al taxista, pero Liam me lo impidió pagándole él antes.
-Liam, no tenías por qué.
-Pero quería hacerlo.
-Gracias, y gracias por haber hecho esta noche más amena. -besé su mejilla y salí del coche.
-Un placer señorita, cuando quiera usted más.
-No vuelvas a llamarme señorita o hago alguna maldad.
Cerré la puerta mientras Liam se reía y entré en casa.

Esta noche no había sido mi mejor noche sin duda, pero tampoco sabía si había sido peor que mi anterior noche en casa de Harry; bueno sí, sí lo sabía, sin duda está había sido peor; la situación con Harry había sido incómoda, pero en el fondo me gustaba tenerle cerca.
Me quité los zapatos, dejándolos al lado de la puerta y me senté en el sofá; era cerca de la una de la mañana, pero no tenía sueño; creo que toda la situación que había vivido esa noche había acabado sacando mis más profundos nervios.
Mi móvil vibró, lo saqué del bolso y miré la pantalla; dos mensajes, uno de Liam y uno de Harry, ¿cuál leía primero?, no sabía ni para que me hacía esa pregunta tan absurda si sabía que iba a leer primero el de el "león mal domado".
"Fiore, ibas muy guapa esta noche, ese vestido te quedaba increíble, se adaptaba perfectamente a ti...
Una presión en mi estómago impidió que siguiera leyendo por unos momentos, ¿Harry me había visto? Y ese comentario, me hacía estremecer, lo más profundo de mí se rensentía.
...aunque tu acompañante no era mucho de mi agrado. Espero que la quedada de mañana siga en pie.
Un "león mal domado" un tanto curioso. H."
¿Harry había estado espiándome?¿Qué clase de maniaco haría eso? Deinitivamente él también tenía un problema, toda la jodida familia Styles tenía un problema. Me levanté al sofá y me dirigí a la entrada, ¿y si estaba ahí en la calle parado todavía?
Abrí la puerta y di un paso hacia delante, miré a ambos lados de la calle y nada, ni rastro de él. Cerré sin gastar más tiempo, el frío de la noche se había vuelto insoportable.
Harry era una incógnita enorme para mí, nunca nadie había sido tan frustrante, ni tan bipolar. Ayer estaba tirando cosas contra el suelo y hoy estaba espiándome, y enviándome esa clase de comentarios que estaba acostumbrada a oír, pero él me los hacía ver de otra manera.
Lo que sí que tenía claro era que mañana intentaría despejar todas las dudas posibles, el león no se me iba a resistir por más que quisiera. Se supone que tendría que ver raro el hecho de que alguien com Harry me espiara de tal forma, pero no lo veía así, no sabía el por qué, pero el cambiaba todas mis teorías.
Cerré su mensaje y abrí el de Liam.
"Gracias por la noche de hoy (Tn__). Espero que esto se repita pronto.
PD: Siento ser pesado.
Liam."
Liam sin embargo era totalmente opuesto a Harry, el típico modelo de caballero que nunca me había llamado la atención, ni me la llamaría por más que lo intentase.

Abrí los ojos ante el aporreo de la puerta, ¿quién llamaba a estas horas? Froté mis ojos y cogí el despertador; eran las seis de la mañana, ¿qué horas eran estas? Salí de la cama, no sabía si cambiarme o bajar con mi camiseta de Iron Maiden; bajaría así, era lo suficientemente larga como para estar presentable y tampoco tenía ganas de arreglarme a estas horas.
Bajé las escaleras con calma, mientras alguien seguía golpeando la puerta.
-¡Ya va!¡Un segundo! -mi voz sonaba horrible.
Pararon de aporrear y yo abrí la puerta aún con los ojos medio cerrados.
-Buenos días fiore.
¿Harry? Froté mis ojos de nuevo para poder verlo bien. ahí estaba parado frente a la puerta con una camiseta negra lisa y unos pantalones ajustados, rotos por las rodillas; llevaba esas gafas de sol que tan poco me gustaban; le quedaban espléndidas pero no me dejaba ver que había a través de ellas.
-¿Harry?¿Qué haces aquí a estas horas? -ahora que me daba cuenta mis pintas daban bastante asco.
-¿Así me recibes? Vale que seas rebelde, pero un poquito de educación.-dijo mientras se quitaba las gafas de sol.
-Es que no te esperaba, y encima me exiges educación cuando tú mismo me espiaste anoche. LOCO. -dije señalándome la cabeza.
-¿Puedo pasar?
-Sí, pasa. -me aparté de la puerta.
Harry pasó y dejó la bolsa que llevaba en la mano, y de la que no me había percatado hasta ahora, en la mesa del salón.
-Muy guapa por la mañana por cierto, pareces una leona. -soltó una carcajada. -Pero muy guapa.
-Déjate de chorradas y alagos Styles.
-Estás de mal humor, ¿puedo saber por qué? -preguntó mientras se sentaba en el sofá sin ni siquiera pedir permiso, yo hice lo mismo.
-No estoy de mal humor, es solo que no me gusta madrugar. -me encogí de hombros.
-Siento haber interrumpido sus sueños, señorita, pero me debía una cerveza.
-¿Una cerveza?¿No serán cervezas lo que traes ahí no?
-Podría ser. -me miró fijamente. -Pero no es el caso, no soy de beber por las mañanas.
-¿Me vas a decir quién era el que estaba contigo anoche? No pude verle, estaba demasiado escondido en el coche.
-¿Y a ti que más te da? Dime tú, que hacías espiándome.
-Eres desafiante fiore, eso me saca de mis casillas, pero haré una excepción.
-Y tú estás enfermo, espiándome y viniendo aquí como si nada.
-Quería espiarte.
-Bien, y yo quería ir acompañada a la cena.
Los labios de Harry formaron una fina línea. Se estaba conteniendo la rabia, podía notarlo.
-Te espiaba porque quería saber si llegabas a salvo a casa, era tarde y.... -no terminó la frase, y fijó la vista en sus pies instantaneamente. 
-Harry, no tienes por qué preocuparte por mí, no hay necesidad de hacerlo.
-Sé que no la hay, pero no sé porque yo si siento la necesidad.
-Los rebeldes no se vuelven blandos querido león.
-Nadie ha dicho que lo sea. -sonrió de nuevo. -¿Cómo fue esa cena?
-Pues bueno, aburrida, como todas las cenas que incluyen trabajo.
-¿Quién la organizó?
Tu padre, Harry, tu repugnante padre la organizó.
-Nadie que conozcas.
-Mejor, tampoco es que me interese. Esas reuniones deben dar asco, y tú no deberías juntarte con esa gente tan estirada.
-Te recuerdo que es cosa de mi trabajo.
-¿Y por qué no te dedicas a otra cosa? -formuló la pregunta mientras sacaba las cosas de la bolsa y las iba dejando sobre la mesa.
-Por mi padre.

domingo, 13 de octubre de 2013

Capítulo 10


"Mi novia vive aquí", ¿cómo iba a vivir su novia en un lugar como este? Era practicamente imposible, estaba muy fuera de lugar.
-¿Tu novia? -seguía sorprendida.
-Sí, mi novia es la hija de el señor de esta casa, John.
¿QUÉ? Mi mejor amigo era novio de la hermana de Harry y de la hija de ese capullo, ¿cómo podía ser eso posible? Era demasiada coincidencia, ya no sabía si realmente buena o mala, no sabía si terminaba de ser del todo malo que mi mejor amigo estuviese vinculado con la familia de Harry, aunque apuesto a que a Harry, no le agradaría...
-¿Pasa algo preciosa? -Niall me hizo aterrizar.
-No, no es solo que...
-Hola. -una chica salió de detrás de Niall interrumpiéndome. Era tal y como Niall me la había descrito, incluso más guapa a mi parecer.
-Hola. -dije incapaz de articular algo más.
Liam se acercó a ella y la dio dos besos, mientras que yo seguía mirándola con lo que creía que era curiosidad y bueno sobre todo sorpresa.
Esa era Gemma, Gemma Styles, hermana del "león mal domado" Styles. Si no fuese por lo que Harry me había contado de su familia creía que me agradaría. Se parecía mucho a Harry, es más tenía su misma cara, excepto por el color de sus ojos y de su pelo; pero a la vez era muy diferente a Harry... Ella era recatada, fina y risueña, mientras que Harry era rebeldia pura, grosero a veces y pura seriedad. 
Estar en esa casa cada vez era más incómodo para mí, la situación se complicaba más por momentos.
Gemma me observaba, no sabía si acercarse o mantenerse al margen, miré a Niall, él tenía sus ojos en mí, es más juraría que con la mirada me decía que me acercase a ella. Que remedio, si esa chica era importante para mi mejor amigo, yo lo haría.
Me acerqué a Gemma y la di dos besos, seguido de una sonrisa, no muy creíble del todo.
-Encantada. -sonreí de nuevo.
-Gemma, princesa, ella es (Tn__). -le dedicó una mirada dulce y a mí por un momento se me estremeció el corazón.
-Ah, perdona, no sabía quien eras, eres la mejor amiga de Niall, ¿no? Él me ha hablado muchísimo de ti. Te tiene todo el día en mente. -soltó una pequeña risilla.
Por una parte me sentía orgullosa, sabía que Niall no se había olvidado de mí y que seguía mencionándome aunque no estuviera.
-Sí, puede llegar a ser muy pesado, perdón; seguro que te ha hablado basuras de mí. -reí.
-Al revés, eres su "intocable".
Miré a Niall y este me guiñó un ojo, era el mejor amigo que se podía tener, sin duda alguna.
-¡DAMAS Y CABALLEROS PUEDEN IR APROXIMÁNDOSE A LA MESA DEL COMEDOR, LA CENA ESTÁ A PUNTO DE EMPEZAR! -la voz de un hombre se extendía por toda la sala.
Gemma agarró la mano de Niall y comenzó a andar.
-Vamos chicos, la cena va a empezar. -dijo en apenas un susurro.
Yo me agarré al brazo de Liam, supongo que instintivamente al ver la relación de Niall y Gemma, pero eso no era propio de mí, ¿quizña empezaba a sentir envidia?¿Envidia del amor?¿Envidia de los enamorados? No, definitivamente no. 
Solté el brazo de Liam, y este me miró preocupado; le dediqué una sonrisa y eso pareció relajarle.
De ninguna manera sentía envidia, había sido puro instinto sin más.
Entramos en el gran comedor, al igual que el resto de la casa, era exquisito, con enormes lámparas de cristal colgando del techo y una gran mesa alargada presidiendo ese cuarto.
Mis tripas rugían al ver tanta comida junta, apenas había probado bocado en todo el día. Ya deseaba poder sentarme y comer sin preocupaciones, pero no, debía guardar las formas.
-¿Cómo va todo por aquí? -la voz de mi padre hizo que me olvidara de la comida por un momento.
-Bien. -intenté sonreír. Seguía enfadada con él por haberme hecho venir a esta estúpida cena, pero ya no tenía caso.
-Sigo diciendo que estás preciosa, tu madre se alegraría mucho de ver que llevas puesto su vestido y que lo luces igual de bien que ella.
-Papá, para, por favor...
-Lo siento hija, no podía evitarlo. ¿Liam está siendo buen acompañante? -cambió de tema radicalmente.
-Claro que lo está siendo. -miré a Liam y él me sonrió.
-Señor, seré atento con su hija siempre.
-Vaya, así me gusta chico.
Mi padre era frío con todo el mundo, con Liam también, pero estaba segura de que era de su agrado aunque no lo mostrase, era el tipo de chico que querría para mí, sin duda alguna.
-Vaya, vaya, veo que tu hija ha venido también, (NPad__). -John se situó junto a mi padre.
-Sí, así es, como trabajadora de mi empresa e hija, que menos que estar aquí.
-Siempre es un placer verla, Srta (Tn__). -cogió mi mano y se la llevó a los labios; yo la aparté en cuanto pude.
-Gracias, lo mismo digo.
-Está preciosa.
Agarré de nuevo el brazo de Liam para que se enterara de que no venía sola. Liam me miró, y pudo comprobar que aquel hombre no era de mi agrado y por lo que podía observar tampoco del suyo.
-Gracias.
-No las de, una belleza como usted se merece mil y un piropos. Veo que no viene sola, ¿quién es él?
-Es mi secretario. -mi padre respondió por mí.
-Oh vaya. Un placer muchacho. -le estrechó la mano, Liam frunció el ceño y asintió. -Bueno, tomar asiento, la cena va a comenzar, espero que sea de vuestro agrado.
John y mi padre se alejaron. Liam sacó una de las sillas para que me sentara, y depués se sentó a mi lado. Niall y Gemma aparecieron de nuevo y se acomodaron al lado nuestro también, quedando yo entremedias de Liam y Niall. Daba gracias porque esto hubiese sido así, de esta manera no me sentiría tan fuera de lugar.
La cena no transcurrió tan mal, aunque por lo que pude comprobar, la mujer de John no estaba, ¿dónde estaría? Tenía curiosidad por saber como era; no debía tenerlo, es más no debía tener interés en nadie de esa familia, pero sin embargo no podía ocultar mis ganas de saber más.
La comida estaba buenísima, se notaba que era todo carísimo y hecho por muy buenos cocineros; no podía ser menos viniendo de una familia como esa.
Mi padre había optado por sentarse al lado de John, no me gustaba decir eso de mi padre pero estaba siendo un completo "lame-culos", y ese hombre no se merecía tener relación con alguien como mi padre. Durante la cena, pude notar como en reiteradas ocasiones ese hombre fijaba su vista en mí, y eso me atacaba, sentía repulsión, desde el primer momento que le vi.
La gente comenzaba a levantarse de sus asientos una vez terminada la cen y yo aproveché para dirigirme a Niall, necesitaba tomar el aire, aunque fuese un par de minutos; estar en un lugar como ese me estaba volviendo loca.
-Niall.
-Dime preciosa. -me sonrió.
-¿Tienes un cigarro? Necesito salir de aquí y despejarme un poco.
-Siempre llevo, ya lo sabes (Tn__). Espera que te acompaño, esto tampoco termina de cuadrar conmigo.
Busqué a Liam por la sala para saber si quería salir con nosotros, dado que tampoco se le veía muy cómodo, pero lo encontré hablando animadamente con mi padre, así que no me molesté.
Salimos de la casa,  y nos sentamos en un banco de madera que había justo enfrente de esta; por fin aire puro, sentía que por unos minutos podía volver a ser yo.
-¿Y bien?¿Qué te ha parecido Gemma? -me preguntó mientras me tendía el cigarro para que lo cogiese.
-Es totalmente opuesta a ti, pero he de decir que parece buena chica, aunque... -me callé mientras  me llevaba el cigarro a los labios. -¿Tienes fuego?
Niall metió la mano en el bolsillo interior de su chaqueta y sacó el mechero para tendérmelo de nuevo.
-¿Aunque qué? -preguntó buscando una respuesta inmediata.
-Nada, olvídalo, tonterías mías. La chica tiene pinta de ser legal, fuera de mi rollo pero legal. Aunque esperaba más de ti. -me burlé.
-¿Segura? Sabes que puedes decirme todo lo que pienses, no te juzgaré.
-A ver rubio, ¿cuando te he ocultado yo a ti mis pensamientos? -lo cierto es que lo estaba haciendo ahora mismo.
-Nunca. -sonrió
-Solo una pregunta. -di una calada al cigarro y expulsé el humo lentamente. -¿Es hija única?
-Sí. -asintió. -Tenía un hermano un año más pequeño, pero murió.
¿Murió?¿Qué?¿Cómo era capaz esa familia de inventar semejante estupidez?Estaban jugando con la vida de uno de sus "supuestos" seres queridos, en esa familia eran todos unos verdaderos capullos, con decir que Harry era el más normal...
-Ah, ¿y de qué murió?
-No lo sé. Nunca quieren hablar de él, dicen que les hace daño.
Tenía ganas de decirle que el hermano de esa chica no estaba muerto y que le estaban engañando, pero no quería estropear lo que tenía con esa chica, aunque fuese una impresentable por el hecho de fingir la muerte de su hermano.
-¿Y tú qué? Mírate, pareces una princesa ricachona de esas de los cuentos..
-Idea de mi padre, solo a él se le ocurre traerme a un lugar como este.
-Es lo que tiene tener como padre a un estirado. -se carcajeó.
-Muy gracioso cobarde. Has tenido los huevos de enamorarte y dejarme en mi soledad. -intenté hacerme la resignada.
-Dios. -dijo todavía entre risas. -No sabes lo que te había echado de menos. -me abrazó con fuerza.
-Y yo a ti. -apoyé la cabeza en su hombro.
-¡NIALL CARIÑO! -podía percibir la voz de Gemma.
-¿Te importa si voy a ver que quiere preciosa?
-Para nada. -negué. -Ve con la churri, yo termino esto y voy para adentro.
Niall se levantó del banco y se dirigió de nuevo a la casa. Estaba contenta por él, le veía más feliz que de costumbre y verle así no tenía precio, era mi mejor amigo, mi segundo hermano; siempre nos habíamos cuidado el uno al otro y nos habíamos preocupado el uno por el otro. Aunque lo cierto era que no sabía como podía durar esa relación sosteniendo una mentira como es el fingimiento de muerte de alguien. Harry no se merecía eso, no se merecía que le diesen por muerto, quizá debía contarle lo que estaba pasando.
Saqué el móvil de mi bolso, quería hablar con él, más bien debía hablar con él.
Un mensaje recibido; vaya, si antes quería hablar con él, antes tenía un mensaje suyo en mi móvil.
"Fiore, ¿tienes planes para esta noche? He pensado que podríamos tomar algo. H."
Mierda, hacía más de una hora que me había envíado eso. Claro que hubiese preferido estar tomando algo con él antes que estar en casa de su "fantástico" padre.
"Siento no haber contestado antes, pero estoy en una cena de trabajo. ¿Lo dejamos para mañana?"
Tenía ganas de pulsar la tecla llamar, y contarle todo lo que estaba pasando, pero era mejor decírselo tranquilamente cuando ya no estuviese en este lugar.
Guardé el móvil en mi bolso de nuevo y terminé de fumarme el cigarro antes de meterme otra vez en ese estúpido ambiente.
-¿Cómo es que estás aquí tan solita? -el padre de Harry se sentó a mi lado. -¿Neceistas compañía? -intentó tocarme la cara, pero yo fuí más rápida y me aparté.
-No es necesario, sé cuidarme solita.
-Uuuh, no saques la uñas conmigo chiquita. Te conviene que nos llevemos bien, yo puedo darte todo lo que quieres.
-No quiero nada que tenga que ver con usted. Mejor dicho, no quiero nada que tenga que ver contigo. 
No le tenía miedo, es cierto que estábamos solos en la calle en esos instantes, pero no me daba miedo, siempre había sabido defenderme y esta no iba a ser la excepción.
-Claro que lo quieres. -giró mi cabeza para que lo mirara.

lunes, 7 de octubre de 2013

Capítulo 9


Ya me había llevado la peor de las impresiones de ese hombre, y tan solo había estado frente a él unos 3 minutos. Esperaba que mi padre no hubiese hecho negocios con alguien como él.
-¿Y bien hija?¿No vas a preguntarme ni qué tal siquiera?
-Perdón papá. -intenté dejar mis pensamientos. -¿Pudiste arreglar los problemas?
-Claro que sí. Ya está todo en orden. -sonrió. 
-Oye papá. -no pude ocultar mi curiosidad. -¿Vas a hacer negocios con ese hombre, el tal John? -esperaba con desesperación un "no" como respuesta.
-Sí. -asintió con una enorme sonrisa. -Le verás bastante por aquí. Estamos cerrando un negocio muy importante. Por cierto, espero que esta noche no hagas planes, tenemos una cena de trabajo.
Mierda, ese hombre en la empresa no, por favor. No se si temía más por tenerle que ver continuamente, o si era mayor el miedo a que Harry se encontrase con él. El pensar como Harry podría reaccionar al tenerle enfrente me hacía temblar.
-¿Cena?¿Con quién?
-Con John, quiere hacer una cena para celebrar nuestro negocio y va a ir mucha gente importante.
¿Una cena con ese hombre? No lo soportaría, era realmente repugnante y el hecho de tenerle otra vez frente a mí me ponía enferma. Tenía que librarme de ir a ese evento.
-Papá...Yo no me encuentro muy bien hoy. -esperaba que mi excusa sirviese.
-(Tn__), lo siento pero esta vez no te libras, vas a venir conmigo. Quiero que todos vean la hija tan increíble que tengo. -orgullo en su expresión de nuevo.
-Papá, no puedes obligarme a ir a un lugar en el que no pinto nada. No quiero ir y no voy a ir.
-Vas a ir, te guste o no.
-Tengo 19 años, y ya no mandas en mí, recuerda que no estoy bajo tu jodido techo. -elevé mi tono de voz.
-Ni se te ocurra montar un numerito aquí. Y aunque no vivas bajo mi techo sigues siendo mi hija.
-Una hija que sabe cuidarse ella sola y que no necesita que la den órdenes. Recuerda que las órdenes no van conmigo.
-A las diez pasaré a recogerte, y más te vale que estés lista.
Mi furia crecía más y más. Observé el jarrón que tenía mi padre encima de la mesa de su despacho, lo cogí y sin mediar palabra lo espeté contra el suelo. Era la única manera que tenía de desquitarme en esos momentos, ahora entendía por qué Harry lo hacía constantemente, no era lo correcto, pero ¿y qué? yo nunca hacía lo correcto.
-¡(Tn__)!¡RECOGE ESO AHORA MISMO!¿Qué te crees que estás haciendo? -mi padre gritaba mientras se aproximaba a mí. Su cara estaba completamente roja, podía deducir que su nivel de enfado del 1 al 10 era de un 11.
Salí del despacho mientras él seguía maldiciendo, pasaba de seguir escuchándole o haría algo mucho peor.
Una vez en mi despacho, me puse con el trabajo, eso me mantendría ocupada y no le daría cabida a mis pensamientos. No quería ir a esa cena, no quería seguir aparentando lo que no era, y mucho menos quería ver a ese hombre de nuevo.
Liam entró a mi despacho, la verdad no sabía si había tocado a la puerta antes o no, pero me daba igual, tenía ganas de gritar aunque fuese a él, pero no lo merecía, así que simplemente lo miré esperando a que dijese algo.
-Srta. (Tn__), vengo a traerle un café, hoy la veo muy estresada. -dejó la taza blanca encima de la mesa y me miró de nuevo sin decir nada.
¿Y si le decía a Liam que viniese conmigo? Eso seguro eliminaría mi tensión, al menos un poco, con él me sentiría mejor y además causaría buena impresión a la gente de aquel lugar. Si algo sabía era que no quería estar sola en aquella cena.
-Liam. -dije, mientras el abría la puerta para salir.
-Dígame señorita.
-¿Aceptarías una invitación?
-¿Suya? -dijo sorprendido. -Hasta la peor de las invitaciones. -sonrió dulcemente.
-¿Aceptarías venir conmigo esta noche a una cena? No quiero estar sola con mi padre y creo que tú eres la mejor opción para acompañarme. -le correspondí la sonrisa.
La boca de Liam se abrió quedando completamente perplejo, un poco más y tocaría el suelo. Era tan dulce y tan inocente, un completo cielo; lástima que no fuese mi tipo, pero apuesto a que tenía miles de chicas tras de él.
-¿Lo está diciendo en serio Srta. (Tn__)?
-Completamente.
-Claro que la acompañaré entonces, para mí es todo un placer. -su sonrisa era mayor que antes.
-Muchas gracias Liam, de verdad, no sé como voy a agradecerte esto.
-Ya se me ocurrirá algo. -me guiñó el ojo.
Solté una carcajada, el ser pícaro no era lo suyo, es más, lo hacía todavía más adorable.
Cogí un folio y un boli y le apunté la dirección de mi casa.
-Toma, en esta dirección a las diez menos cuarto, ¿vale?
-Está bien señorita. -cogió el folio y salió de mi despacho.
El día se me hizo bastante corto, el trabajo ocupaba mi mente la mayor parte del tiempo, no quería que llegase la hora de esa maldita cena, odiaba fingir y odiaba la situación en la que estaría dentro de poco.

Abrí el buzón antes de entrar en casa, había un paquete no muy grande, ¿quién me enviaría a mí un paquete? Lo cogí y entré en casa, aún quedaban unas tres horas para las diez, así que me tomé la libertad de sentarme en el sofá y abrir el paquete. No tenía remitente y eso era algo que realmente me extrañaba, pero no le di más importancia y lo abrí. Era un móvil como el que tenía anteriormente. Había sido él, había sido Harry estaba completamente segura de que había sido él, era el único que sabía lo de mi móvil. Abrí la caja y un pequeño trozo de papel cayó al suelo, me agaché a cogerla y acto seguido la leí:
"Fiore,
Siento mucho haber roto tu móvil, como muestra de mi disculpa aquí te regalo otro como el que tenías, no podía hacer menos cuando sé que esto ha sido culpa mía, espero que de verdad me hayas perdonado y que podamos seguir siendo amigos.
PD: Me he tomado la libertad de agregarme a tu libreta de contactos.
Harry, alias "un gilipollas"."
 Mi sonrisa de tonta debía ser épica, pensé que jamás tendría un detalle como ese; Harry no era el típico tío detallista, y se le notaba a simple vista, ¿por qué lo era conmigo? Nunca nadie se había preocupado por mis cosas de tal manera, ni yo tampoco lo había hecho por nadie. ¿Debía ser su amiga? No encontraba razón por la que no serlo, sin embargo su brusquedad a veces me descolocaba, pero no quería alejarme de él. Le daría una oportunidad, sí, así lo haría, estaba segura de que a pesar de todo podríamos llevarnos bien.
Encendí el teléfono y miré la agenda, allí estaban todos mis contactos, no se había perdido ni uno solo, por lo que deducía que la tarjeta del teléfono había quedado completamente intacta, bajé por todos mis contactos hasta llegar a la "H", ahí estaba su nombre, había puesto "Harry (gilipollas)"; corregí el nombre y lo puse como "Harry (león mal domado)", al fin y al cabo, era lo que era. 
Escribí un mensaje de agradecimiento para él, sabía que tampoco era necesario que le diera las gracias, pues al fin y al cabo, él había roto mi anterior móvil en uno de sus ataques de furia, pero sentía la necesidad de hacerlo.
"Harry, gracias por el móvil nuevo, esta vez te mantendré alejado de él. ;)
(Tn__), alias "Fiore"."

Una vez salida de la ducha y con la toalla todavía envuelta en mí, me dirigí al armario, no tenía ni idea de que ponerme, nunca usaba ropa elegante, yo tenía mi propio estilo, el rebelde: cuero, pantalones ajustados, camisetas enseñando el ombligo y botas de cordones.
Rebusqué en el armario y finalmente encontré el único vestido que tenía, era un vestido negro hasta mitad del muslo, mi madre solía llevarlo cuando se trataba de alguna ocasión especial, pero cuando murió, mi padre me lo dio a mí; no sé si lo más indicado era ponérmelo esta noche, pero no tenía otro vestido y en parte quería llevar a mi madre presente, ella hubiese sido la única que me hubiera aconsejado y animado en estos momentos, la echaba tanto de menos...
Me puse el vestido y unos zapatos de tacón plateados que tenía guardados sin estrenar, regalo de mi padre.
Me recogí el pelo en un moño y me maquillé un poco poniendo sombra grisácea sobre mis párpados y aplicando un poco de rimel sobre mis pestañas, un poco de brillo en los labios y listo. Lo cierto es que no me veía mal así, el maquillaje que llevaba resaltaba mis rasgos y sobre todo el color de mis ojos, pero definitivamente no me agradaba, estaba demasiado fuera de mí como para hacerlo.

A las diez menos cuarto Liam tocó a la puerta, estaba muy guapo con un traje negro con corbata plateada, parecía que íbamos conjuntados.

-WOW. -dijo sin poder contener su sorpresa. -Está usted espectacular, Srta. (Tn__).
-Gracias Liam, aunque ya sabes que no me gustan los alagos, ni ese tipo de cosas he de decir que tú vienes deslumbrando, vas a cautivar a muchas hoy. -me reí.
-A ver si cautivo a la que quiero. -me devolvió la sonrisa. 
Siempre había sabido que Liam sentía algo por mí o que por lo menos le atraía, pero no le había prestado la más mínima atención, simplemente me había dedicado a ignorar sus indirectas y a actuar con normalidad, era un buen tío, pero yo no sentía nada por él.
-Ah, y por cierto; no me llames más de usted parece que tengo cuarenta años, y para una rebelde hablarle de "usted" es casi un insulto.
Liam soltó una carcajada.
-Está bien (Tn__), pero ¿tú rebelde? No lo creo, se la ve muy... perdón... se te ve totalmente inocente.
Vaya, eso era nuevo para mí, ¿así me veía Liam? Bueno, que podía decir, en parte era normal, nunca nos habíamos visto fuera de la oficina y solo conocía mi imagen de responsable.
-Ya conocerás mi peor faceta ya...
El claxon del coche de mi padre sonó y Liam y yo nos aproximamos hasta donde estaba mi padre.
-¿Qué hace Liam aquí? -preguntó mi padre con un tono rudo.
-Yo le he invitado, quería que viniese, así le dará mejor imagen a tu empresa. -podía notar la ironía en mi voz.
Liam estaba tenso, pero yo le di un pequeño golpecito en el brazo y le sonreí para evitar que esa fuera una situación incómoda para él.
-Está bien, montar atrás.
Liam me abrió la puerta para que montara y yo le dediqué la mejor de mis sonrisas, después se montó el por el otro lado.
-Llevas el vestido de tu madre... Te queda precioso, me recuerdas tanto a ella. -su voz se quebraba, su furia había desaparecido y ahora solo había lo que parecía dolor.
-Gracias... -no quise añadir nada más por miedo a llorar.
Mi querido compañero de trabajo, Liam, acarició mi brazo al notar cierta tristeza en mí, y yo dejé a un lado mis amarguras.

El camino transcurrió sin mucho que decir por parte de ninguno de los tres.
Paramos frente a una enorme casa de ladrillo blanco, tenía como unas tres plantas. Mi padre le dio las llaves al aparca-coches, mientras Liam me ayudaba a salir del coche. La casa era realmente espectacular, incluso más grande que la de mi padre.
Un hombre también trajeado estaba parado frente a la puerta de aquella casa, sostenía varios papeles en la mano.
-Buenas noches, ¿están en la lista de invitados? -se dirigió a mí.
-Sí, somos (Tn__) y (NPad__) (TA__).
-Sí, aquí están, pueden pasar. ¿Y este señorito quien es? -esta vez fijó su vista en Liam.
-Mi novio. -dije sin que a nadie le diera tiempo a pensar.
Podía notar a kilómetros de distancia la satisfacción que eso había provocado en Liam.
El trajeado asintió y nos dejó pasar.
Mi padre se adentró primero y tanto Liam como yo le seguíamos, no sabíamos a donde dirigirnos. La gente abundaba por toda la casa. La casa estaba adornada con enormes cuadros y figuras caras, sofás de cuero blanco y alfombras inmensas, aquello parecía un palacio.
-¡(Tn__)! -pude oír mi nombre, y esa voz me era demasiado familiar.
Me di la vuelta y vi a mi rubio, Niall, estaba allí con un traje espectacular, jamás en mi vida le había visto así.
-¡Niall! -me lancé a sus brazos, y él me cogió en vuelo.
Me alegraba tanto verle, hacía días que no le veía y sentía la necesidad de pasar tiempo con él, pero la pregunta era: ¿qué hacía él aquí?
-¿Qué haces aquí? -mi emoción era mayor que mi sorpresa.
-Mi novia vive aquí.


miércoles, 2 de octubre de 2013

Capítulo 8

El sonido del dichoso despertador me hizo abrir los ojos; apenas había pegado ojo en toda la noche, estar en esa casa no era muy cómodo y más después de lo que había pasado con Harry la noche anterior.

Me levanté de la cama y me metí al baño, me miré en el espejo, puff... tenía una cara espantosa y mi pelo parecía un nido de pájaros, cogí la goma que tenía en mi muñeca y me lo recogí para intentar darle un mejor aspecto y salí de la habitación.

Esperaba que mi hermano hubiese llegado ya, tenía unas ganas inmensas de cantarle las cuarenta, mira que me había hecho muchas jugarretas, pero sin duda dejarme encerrada con el "león mal domado" había sido la peor de todas, seguía cabreada con Harry, pero no tenía ganas de volver a discutir con él, era absurdo, ni siquiera formaba parte de mi vida por más amigo que fuese de Zayn.

Bajé las escaleras de puntillas para evitar despertar a Harry o a Zayn, ni siquiera sabía porque lo hacía si se merecían la peor de las jodiendas.

Según iba bajando podía divisar a Zayn sentado en el sofá de espaldas a mí; bien, justo al que esperaba. Aligeré mi paso haciendo el mayor ruido posible al bajar; dos pasos fueron suficientes para hacer que Zayn se diera la vuelta.

-Hermanita, buenos días. -dijo con una enorme sonrisa.

¿Sonriendo?¿De verdad me venía con esas? Mi rabia aumentaba por momentos.

-¿Buenos días? ¿En serio Zayn? Lo serán para ti.

-Uuuuh, mal humor desde por la mañana, con lo poco tolerante que estás cuando te pones así.

-Zayn (TA__), ¿cómo has podido ser tan cabrón?

Me puse enfrente de él, tapándole la visión de la televisión, si alguien los tenía bien puestos era yo, y me iba a escuchar.

-Vaya, esa camiseta te queda mejor a ti que a Harry, pero vas enseñando demasiado.

-Ya está bien imbécil. ¡NADIE TE HA DADO DERECHO A HACER LO QUE HICISTE ANOCHE! -grité con todas mis fuerzas.

Harry apareció tras la puerta de la cocina; lo miré de reojo y volví a centrar la vista en mi hermano.

-¿No piensas contestarme?

-Quizá cuando te calmes pequeña.

-Aggg se acabó.

Intenté echarme sobre él, si no lo entendía por las buenas lo entendería por las malas, pero noté una mano en mi cintura antes de que pudiera hacerlo. Harry me tenía cogida en volandas y mi hermano solo se carcajeaba.

-Suéltala Harry, de pequeños también nos pegábamos y ella acababa llorando. -siguió riéndose y esta vez Harry le siguió mientras me dejaba en el suelo.

-¡SOIS GILIPOLLAS! -exclamé y puse rumbo a la habitación de nuevo.

-Espera. -la voz ronca de Harry me hizo frenar.

-¿Qué quieres?

-Desayuna algo anda.

Miré hacia la mesa del salón. No me había dado cuenta de todo lo que había sobre ella: dulces, tostadas cereales, zumo de naranja, café, leche, té... Creo que se me acababa de desencajar la mandíbula al ver tanta comida junta, ¿Harry detallista? Eso si que no me lo esperaba.

Cogí la jarra de zumo y me eché un vaso, no tenía hambre, pero mi zumo no podía faltar, casi todas las mañanas lo tomaba.

Harry y Zayn me observaban, Harry desde la puerta de la cocina de nuevo y Zayn desde el sofá. Me bebí el zumo lo más rápido que pude y subí a la habitación de nuevo sin decir nada. Notaba sus miradas en mi espalda, pero no iba a abrir mi boca más, tampoco servía de nada que lo hiciese.

Me quité la camiseta de Harry y la dejé sobre la cama, cogí mi ropa y me vestí lo más rápido que pude, no aguantaba las gilipolleces de esos dos, parecía que se habían puesto de acuerdo para joderme.

Miré por última vez el despertador, las 8 de la mañana, ¿en serio?, ya iba tarde otra vez y todo por haber malgastado mi preciado tiempo discutiendo con mi hermano.

Corrí escalera abajo con tan mala suerte que me caí de culo. 

-¡Dios, que dolor! - Exclamé. Joder lo que me fataba ya.

Harry apareció tras de mí y me agarró de la cintura para poder levantarme; sus manos era grandes y finas, podía abarcar mi pequeña cintura con tan solo una de ellas.

-¿Estás bien? -preguntó, podría jurar que con un tono un tanto alarmado.

-Sí. -contesté seca.

Me dolía, me dolía mucho, pero no iba a mostrarlo delante de él.

-Sé que no estás bien, así que te llevo donde tengas que ir.

-Estoy bien, no necesito que me lleves, sé caminar yo solita.

-Deja de ser tan terca. Voy a llevarte, cogeremos tu coche y luego me vuelvo yo, ya veré como.

-Harry que no.

-No vamos a discutir más, te llevo, y no se habla más.

Cuando se ponía en ese plan era insoportable, quería gritarle a la cara con todas mis fuerzas y decirle que me dejara en paz, que era insoportable, un cotilla, un controlador y un entrometido, quería pegarle con todas mis fuerzas; pero, por otra parte quería callarme y que simplemente me acompañase, así que me decanté por la segunda opción.

-¿Y mi hermano? Podría llevarme él.

-Tú hermano no está, ¿y de verdad querrías que te llevase él con el cabreo que llevas encima? -preguntó alzando la ceja derecha mientras que con sus manos seguía sujetando mis caderas a la vez que salíamos de su casa.

Suspiré profundo. Llevaba razón, si ahora tuviera cara a cara a mi hermano, le hubiese pegado fuerte, sin que Harry me lo hubiera impedido.

-Suspiras porque sabes que llevo razón. -sonrió pícaramente.

Yo solo asentí, no tenía ganas de hablar, me dolía el culo de la caída y eso me ponía todavía de más mala leche.

Saqué las llaves del coche del bolsillo de mi sudadera y se las ofrecí a Harry, él las  cogió y tras apretar el botón abrió la puerta del copiloto.

-Pasa. -dijo mientras se ponía sus gafas de sol, unas Ray-Ban totalmente negras y con cristales oscuros que no dejaban ver sus ojos, esas gafas no me gustaban, no podía interpretar su mirada, o saber si quiera si me estaba mirando.

-Gracias. -agradecí sin añadir nada más.

Harry se montó en el coche y lo arrancó, yo alargué mi mano y encendí la radio, sin ni siquiera preguntarle, odiaba viajar en el coche sin música, el silencio no estaba hecho para mí. Mi canción favorita sonaba en la radio, Your Guardian Angel de The Red Jumpsuit Apparatus. Me encantaba esa canción, pero no sabía si quería escucharla en una situación como la de ahora, estaba enrabietada.

"I will never let you fall

I'll stand up with you forever


I'll be there for you through it all


Even if saving you sends me to Heaven."


Yo no era la típica que escuchaba canciones de amor, pero esa canción era superior a mí, si la seguía escuchando explotaría, estaba segura.

Volví a acercar mi mano para cambiar de canción, pero Harry lo impidió poniendo su mano sobre la mía.

-No la quites, es mi canción favorita.

¿Su canción favorita?¿En serio? No pegaba para nada con su persona, no me esperaba que a alguien como él le gustasen esa clase de letras.

-La mía también. -dije finalmente.

-No te pega. -rió.

-Ni a ti tampoco. -reí con él.

La tensión se desvaneció momentáneamente, ahora hasta nos reíamos, era raro, pero cuando estábamos así me sentía bien, ya podría ser siempre así.

Harry comenzó a cantar la canción y me miraba a través de sus gafas oscuras para que yo le siguiera, y así lo hice.

Tenía una voz ronca increíble, me entraban ganas de preguntarle si quizás teniá alguna banda de rock o algo por el estilo, pero deducía yo misma que no, nuevamente eso no iba con él.



Llegamos a mi calle y Harry aparcó frente a mi casa. Bajamos los dos del coche y el león me lanzó las llaves al vuelo.

-Gracias por traerme.

-No hay de que.

Subí las escaleras del descansillo y abrí la puerta de casa.

-¡Fiore!

-Dime. -sonreí.

-Siento lo de ayer, de verdad. No quería comportarme así.

-No pasa nada, está todo bien. Pasa un buen día.

-Y tú también. -me devolvió la sonrisa. -Y que te sea leve el dolor de culo. -esto último lo dijo casi carcajeándose.

-Memo. -susurré.



Por suerte había llegado a trabajar a tiempo, mi culo seguía dolorido, pero ya casi podía andar con normalidad, me dirigí al despacho de mi padre y antes de que abriera la puerta escuché a Liam llamarme desde el final del pasillo.

-Srta (TA__).

-¿Sí Liam?

-Buenos días. -dijo con una enorme sonrisa mientras se acercaba.

-Buenos días, ¿qué haces aquí tan temprano? Se supone que tienes que entrar dentro de media hora, o, mierda, no llevaré mal el reloj, ¿verdad? -miré el reloj preocupada.

-Que va señorita. -soltó una carcajada. -No se asuste así, es solo que su padre está reunido y por eso tuve que entrar antes.

-¿Mi padre?¿Está ya de vuelta?

-Sí, eso parece, según ha dicho la estuvo llamando anoche, pero no la localizó.

Me acordé de mi móvil estampado contra el suelo, aggg, debía comprarme uno, no podía estar así de incomunicada, no iba a mostrar más rabia con Harry; sí, me había jodido el móvil, pero ya no tenía caso discutir sobre eso, además esta mañana habíamos estado muy bien.

-¿Y te ha dicho si puedo entrar?

-Sí. -asintió. -Me dijo que en cuanto llegara la hiciera pasar, al parecer debe ser un tipo importante el que está ahí dentro.

-Como todos los que rondan estos mundos. -reí.

-Pero para mi parecer es un poco estirado. -esto último lo susurró en mi oído.

Abrí la puerta y me encontré a mi padre de frente y a un hombre bastante alto, con pelo gris y traje negro dándome la espalda.

-Mira John, esta es mi hija (Tn__). Buenos días hija.

-Buenos días. -asentí.

-(Tn__), te presento a John.

-Un placer preciosa. -se dio la vuelta , tenía los ojos verdes y una sonrisa muy bonita.. -Soy John, John Styles.

¿STYLES? No sería el mismo Styles que Harry, ¿verdad? No podía ser.

Lo miré fijamente antes de estrecharle la mano, su pelo era medio rizado y su sonrisa mostraba unos hoyuelos muy marcados, se parecía mucho a Harry, podía jurar que sí que lo era, que era su padre, era como estar viendo a un Harry ya envejecido.

-¿No vas a contestarle (Tn__)? -mi padre elevó el tono.

-Sí, sí, perdón, soy (Tn__) (TA__). Un gusto. -me costaba tragar, y mi pulso se estaba acelerando de nuevo.

-Tienes una hija que parece una auténtica princesa (NPad__). Digna de un hombre de su talla.

¿Me estaba alagando?¿Ese canalla me estaba alagando? La sangre que recorría mi cuerpo comenzaba a hervir y mis dientes rechinaban.

-Gracias. -dije entredientes.

-No las des. Bueno (NPad__), Srta (Tn__) yo me voy, mi hija, me espera abajo y mi mujer en casa. -se rió de su mala broma y mi padre le siguió el rollo.

-Un place John. -dijo mi padre estrechándole la mano de nuevo.

El capullo soltó la mano de mi padre y me susurró algo antes de salir.

-Espero verte pronto preciosa.

Me estremecí y todos los órganos de mi cuerpo se encogieron, ¿cómo se atrevía a flirtear conmigo así? Sentía repugnancia, una gran repugnancia. Solo esperaba que Harry no se le encontrase aquí, si es que este hombre volvía  a aparecer por la empresa.