¿Quién se creía ese tal John por llevar un traje y tener dinero? Ese hijo de perra no iba a tener nada que ver conmigo, nunca. Es más podría ser mi padre, era de su jodida edad; ese hombre tenía algún problema mental, su actitud con alguien como yo, era realmente repulsiva.
-Te digo que no quiero nada que venga de ti. -sacudí la cabeza para que me soltara.
-No entiendo por qué nena. Conmigo todo sería mucho más fácil, tu padre tiene dinero, pero yo tengo mucho más, no tendrías que trabajar, podrías tener todos los caprichos que quisieras y yo a cambio te tendría a ti. -se mordió el labio inferior. Esa situación era vomitiva.
-¿Qué clase de problema tienes?¿Te crees que vas a comprar a alguien como yo con dinero? Das asco, asco. Es una lástima que tu familia no sepa quien eres en verdad. Maldito subnormal. -traté de levantarme del banco, pero él me agarró del brazo.
-Escúchame niñita. -sonrió con maldad. -Vas a mantener tu boca cerrada, si quieres que tu padre siga con trabajo, ¿entendido? Puedo hacer que le despidan con tan solo mover un dedo.
La rabia me estaba comiendo por dentro, ¿cómo alguien podía ser tan frívolo? Creía que Harry sería la persona más inestable que me podía encontrar, pero su padre o diablo más bien dicho, le superaba. Quería soltarle un puñetazo en la cara y quedarme más ancha que larga, conmigo no jugaba nadie y quería que eso le quedase claro. Nadie, NADIE me toreaba, por más edad que tuviera y por más malas intenciones que saliesen de él.
Me levanté antes de que John pudiera decir nada y le di un pisotón, lo más fuerte que pude, intentando clavar mi tacón lo máximo posible.
Él solo se retorcía y gruñía de dolor; no esperé más y salí corriendo; no sabía a donde ir, pero lo que si tenía claro era que no quería seguir en la casa de ese hombre, ya me disculparía más tarde con Niall, Liam y con mi padre.
Giré la esquina y me apoyé en la pared, asomé un poco la cabeza para divisar si John seguía ahí; ya se había levantado e iba cojeando hasta la casa. Respiré aliviada, por un momento me acojoné, ese hombre podía hacer mucho daño a mi padre y yo no quería eso, pero estaba claro que tampoco iba a acceder a sus pretensiones.
Saqué el móvil del bolso y tras pensarlo unos instantes marqué el número de Liam, había pensado en llamar a Niall, pero a él no podría contarle lo ocurrido y a parte no quería estropearle la noche con su novia.
-¿Liam? -pregunté intentando recobrar el aliento todavía.
-¿(Tn__)? He salido a buscarte porque tardabas mucho, pero no te encuentro, ¿dónde estás?
Volví a asomar mi cabeza para poder divisar a Liam apoyado en el banco donde antes había estado sentada con ese mal nacido. Finalmente asomé todo mi cuerpo para que Liam pudiera verme.
-Mira al frente, ¿me ves? -le hice señas con las manos; Liam me correspondió y colgó el móvil mientras se dirigía hacia mí.
-¿Por qué estás aquí? -dijo situándose enfrente de mí.
-He tenido problemas y querís hacerte saber que me iba, no quería dejarte sin ninguna explicación, al fin y al cabo fuí yo la que te ofreció ser mi acompañante. -sonreí.
-¿Qué ha pasado? Sé que nuestra relación ha sido solo cordialidad y trabajo, pero puedes confiar en mí, y si tú no vuelves a esa fiesta, yo tampoco. Ya me estaba aburriendo mucho. -se carcajeó y encogió los hombros.
Reí con él y le di un pequeño golpe en el brazo. El Liam dulce atacaba de nuevo, y aunque eso no iba conmigo, tenía que reconocer que me gustaba.
-Me caes bien. -le sonreí.
-Vaya, algo es algo. -cogió mi mano e hizo que me agarrara a su brazo. -Vamos a la parada de taxi que está aquí al lado y mientras me cuentas, ¿te parece?
-Vale.-asentí y comenzamos a andar. -Ese tal John es un capullo, salí a fumarme un cigarro y él salió al poco rato y se sentó a mi lado, empezó a decir que él me podría dar todo lo que yo quisiera y que a cambio él me tendría a mí y...
-¿Qué? -Liam me interrumpió. -Sabía que no era trigo limpio, pero lo que ha hecho no tiene nombre. -su cara empezó a enrojecer, creo que estaba furioso y eso todavía le hacía más gracioso.
-Tranquilo Hulk, todo está bien, le he puesto en su sitio. -me reí al recordar a John cojeando.
-Miedo me das.
-Mejor. No le digas nada a mi padre de esto, por favor.
-Claro que no (Tn__).
El taxi paró frente a mi casa. Abrí mi bolso para pagar lo que le debía al taxista, pero Liam me lo impidió pagándole él antes.
-Liam, no tenías por qué.
-Pero quería hacerlo.
-Gracias, y gracias por haber hecho esta noche más amena. -besé su mejilla y salí del coche.
-Un placer señorita, cuando quiera usted más.
-No vuelvas a llamarme señorita o hago alguna maldad.
Cerré la puerta mientras Liam se reía y entré en casa.
Esta noche no había sido mi mejor noche sin duda, pero tampoco sabía si había sido peor que mi anterior noche en casa de Harry; bueno sí, sí lo sabía, sin duda está había sido peor; la situación con Harry había sido incómoda, pero en el fondo me gustaba tenerle cerca.
Me quité los zapatos, dejándolos al lado de la puerta y me senté en el sofá; era cerca de la una de la mañana, pero no tenía sueño; creo que toda la situación que había vivido esa noche había acabado sacando mis más profundos nervios.
Mi móvil vibró, lo saqué del bolso y miré la pantalla; dos mensajes, uno de Liam y uno de Harry, ¿cuál leía primero?, no sabía ni para que me hacía esa pregunta tan absurda si sabía que iba a leer primero el de el "león mal domado".
"Fiore, ibas muy guapa esta noche, ese vestido te quedaba increíble, se adaptaba perfectamente a ti...
Una presión en mi estómago impidió que siguiera leyendo por unos momentos, ¿Harry me había visto? Y ese comentario, me hacía estremecer, lo más profundo de mí se rensentía.
...aunque tu acompañante no era mucho de mi agrado. Espero que la quedada de mañana siga en pie.
Un "león mal domado" un tanto curioso. H."
¿Harry había estado espiándome?¿Qué clase de maniaco haría eso? Deinitivamente él también tenía un problema, toda la jodida familia Styles tenía un problema. Me levanté al sofá y me dirigí a la entrada, ¿y si estaba ahí en la calle parado todavía?
Abrí la puerta y di un paso hacia delante, miré a ambos lados de la calle y nada, ni rastro de él. Cerré sin gastar más tiempo, el frío de la noche se había vuelto insoportable.
Harry era una incógnita enorme para mí, nunca nadie había sido tan frustrante, ni tan bipolar. Ayer estaba tirando cosas contra el suelo y hoy estaba espiándome, y enviándome esa clase de comentarios que estaba acostumbrada a oír, pero él me los hacía ver de otra manera.
Lo que sí que tenía claro era que mañana intentaría despejar todas las dudas posibles, el león no se me iba a resistir por más que quisiera. Se supone que tendría que ver raro el hecho de que alguien com Harry me espiara de tal forma, pero no lo veía así, no sabía el por qué, pero el cambiaba todas mis teorías.
Cerré su mensaje y abrí el de Liam.
"Gracias por la noche de hoy (Tn__). Espero que esto se repita pronto.
PD: Siento ser pesado.
Liam."
Liam sin embargo era totalmente opuesto a Harry, el típico modelo de caballero que nunca me había llamado la atención, ni me la llamaría por más que lo intentase.
Abrí los ojos ante el aporreo de la puerta, ¿quién llamaba a estas horas? Froté mis ojos y cogí el despertador; eran las seis de la mañana, ¿qué horas eran estas? Salí de la cama, no sabía si cambiarme o bajar con mi camiseta de Iron Maiden; bajaría así, era lo suficientemente larga como para estar presentable y tampoco tenía ganas de arreglarme a estas horas.
Bajé las escaleras con calma, mientras alguien seguía golpeando la puerta.
-¡Ya va!¡Un segundo! -mi voz sonaba horrible.
Pararon de aporrear y yo abrí la puerta aún con los ojos medio cerrados.
-Buenos días fiore.
¿Harry? Froté mis ojos de nuevo para poder verlo bien. ahí estaba parado frente a la puerta con una camiseta negra lisa y unos pantalones ajustados, rotos por las rodillas; llevaba esas gafas de sol que tan poco me gustaban; le quedaban espléndidas pero no me dejaba ver que había a través de ellas.
-¿Harry?¿Qué haces aquí a estas horas? -ahora que me daba cuenta mis pintas daban bastante asco.
-¿Así me recibes? Vale que seas rebelde, pero un poquito de educación.-dijo mientras se quitaba las gafas de sol.
-Es que no te esperaba, y encima me exiges educación cuando tú mismo me espiaste anoche. LOCO. -dije señalándome la cabeza.
-¿Puedo pasar?
-Sí, pasa. -me aparté de la puerta.
Harry pasó y dejó la bolsa que llevaba en la mano, y de la que no me había percatado hasta ahora, en la mesa del salón.
-Muy guapa por la mañana por cierto, pareces una leona. -soltó una carcajada. -Pero muy guapa.
-Déjate de chorradas y alagos Styles.
-Estás de mal humor, ¿puedo saber por qué? -preguntó mientras se sentaba en el sofá sin ni siquiera pedir permiso, yo hice lo mismo.
-No estoy de mal humor, es solo que no me gusta madrugar. -me encogí de hombros.
-Siento haber interrumpido sus sueños, señorita, pero me debía una cerveza.
-¿Una cerveza?¿No serán cervezas lo que traes ahí no?
-Podría ser. -me miró fijamente. -Pero no es el caso, no soy de beber por las mañanas.
-¿Me vas a decir quién era el que estaba contigo anoche? No pude verle, estaba demasiado escondido en el coche.
-¿Y a ti que más te da? Dime tú, que hacías espiándome.
-Eres desafiante fiore, eso me saca de mis casillas, pero haré una excepción.
-Y tú estás enfermo, espiándome y viniendo aquí como si nada.
-Quería espiarte.
-Bien, y yo quería ir acompañada a la cena.
Los labios de Harry formaron una fina línea. Se estaba conteniendo la rabia, podía notarlo.
-Te espiaba porque quería saber si llegabas a salvo a casa, era tarde y.... -no terminó la frase, y fijó la vista en sus pies instantaneamente.
-Harry, no tienes por qué preocuparte por mí, no hay necesidad de hacerlo.
-Sé que no la hay, pero no sé porque yo si siento la necesidad.
-Los rebeldes no se vuelven blandos querido león.
-Nadie ha dicho que lo sea. -sonrió de nuevo. -¿Cómo fue esa cena?
-Pues bueno, aburrida, como todas las cenas que incluyen trabajo.
-¿Quién la organizó?
Tu padre, Harry, tu repugnante padre la organizó.
-Nadie que conozcas.
-Mejor, tampoco es que me interese. Esas reuniones deben dar asco, y tú no deberías juntarte con esa gente tan estirada.
-Te recuerdo que es cosa de mi trabajo.
-¿Y por qué no te dedicas a otra cosa? -formuló la pregunta mientras sacaba las cosas de la bolsa y las iba dejando sobre la mesa.
-Por mi padre.