Cogió mi cara con sus dos manos y frotó mis mejillas con sus pulgares, cerré los ojos por su contacto con mi piel y solté un largo suspiro. Quería que lo que tuviese que pasar, pasara ahora, no me importaban si los remordimientos llegaban más tarde; ya sabía que no le volvería a ver, mi decisión estaba más que clara. Mi mente luchaba contra mi corazón, ella decía que me alejara de él, y él decía que me acercara más. Esta lucha interna no me ayudaba, pero siempre supe que la razón debía superar al corazón en este caso.
-(Tn__), yo... -susurró lentamente. Le corté poniendo mi dedo índice sobre sus labios rosados.
-Hazlo.
-¿Hacer el qué, fiore? -preguntó, sus ojos brillaban de la manera más especial que podía existir.
-Fóllame. -ni yo misma me creía lo que estaba diciendo, pero necesitaba sentirle antes de perderle para siempre.
-¿Qué?¿Por qué?
-No me preguntes, por favor, solo hazlo. -agaché la cabeza y centré la mirada en su pecho, sentía que no estaba haciendo lo correcto, pero a fin de cuentas, me daba igual, nunca había hecho lo correcto y nunca lo haría.
Él no habló más, tan solo me miró a los ojos una última vez para después fijar sus labios con los míos. Esta vez sus labios sabían diferente, estaban fríos, la sensación al juntarlos con los míos prácticamente en llamas, era indescriptible. Era como si su boca hubiera estado totalmente absenta de besos en un largo tiempo. Pasé mi lengua por su labio inferior, necesitaba sentirlos completamente. Harry abrió la boca y yo adentré mi lengua juntándola con la suya, aun ritmo lento, no propio de él, ni de mí. Pasé mis manos por detrás de sui cuello, enganchando mis dedos en sus rizos alborotados, mientras el me cogía en vuelo y me hacía entrelazar mis piernas en su cintura. Un pequeño gemido escapó de mi interior al sentir su contacto tan cerca. Caminó conmigo en brazos hasta la pared dejando que me apoyara en ella, y comenzó a meter, sus largos, ásperos y finos dedos por debajo de mi camiseta. El tacto de sus dedos en mi piel me hacía olvidar todo aquello que me hacía sufrir, era una cura, era mi cura.
Yo seguía con mis manos en su pelo, mientras él iba dejando besos por todo mi cuello hasta llegar mi oreja. Mordió mi lóbulo y yo ahogué un gemido en su pecho.
-Te deseo tanto... -susurró lenta y roncamente en mi oído, eso me hacía rozar el borde de la locura.
Bajé mis manos hasta el filo de su camiseta blanca, y tiré de ella hacia arriba. Harry pareció entender la indirecta y terminó den quitársela con una sonrisa, colocó mia manos alrededor de su espalda evitando que me cayera mientras él se deshacía de la camiseta. Pude divisar dos golondrinas, una a cada lado de su pecho y una mariposa que abracaba todo su estómago, ¿una mariposa?¿Por qué tendría un tipo duro como él semejante ñoñería? Debía de admitir que me gustaba, más de lo que pensé que podría hacerlo. Tracé la silueta de la mariposa con mis dedos, observando cada uno de los trazos de tinta en su piel. Harry alzó mi mentón ante mi ensimismamiento con su pedazo de tinta y me miró a los ojos para después hablar.
-Los rebeldes también tenemos sentimientos, no sé si puros, pero los tenemos. No te vayas, fiore.
En ese momento reaccioné; "los rebeldes también tenemos sentimientos... No te vayas fiore." Mierda, había dejado que esto fuese demasiado lejos, él sentía algo por mí, y eso no debía haberlo permitido nunca, no quería hacerle daño, y ahora tenía que hacérselo, y le haría más todavía si dejaba que esto se llévase acabo. Deshice el nudo de mis piernas a su cintura bajando así al suelo y me alejé cuanto pude.
-¿Qué ocurre ahora fiore? -preguntó, su expresión había vuelto a cambiar, tenía ese tono meláncolico en su mirada.
-Harry, no puedo dejar que esto pase. solo lograré hacerte más daño.
-No, si te quedas no lo harás.
-No me voy a quedar, eso solo complicaría más las cosas.
-Joder, (Tn__), ¿por qué siempre quieres deshacerte de aquello que te ayuda? Es de gilipollas. -cogió un par de libros que había sobre la mesa y los tiró contra el suelo, y junto a ellos tiró todo lo que había sobre esta.
-¡Harry para!
-No... -tiró otra cosa más. -No quiero parar, estoy cansado, cansado de todo esto, de la situación. Cansado de esta puta mierda. Pensé que eras diferente, pero estaba equivocado, como he estado equivocado siempre a lo largo de mi vida. Vete, es lo que quieres. Así que vete, no voy a rogar nada, no lo mereces.
Lo miré por unos segundos, estaba tan enfadado... Las venas de su cuello completamente marcadas, su cara y su torso rojos por completo, en cualquier momento explotaría, y no debía estar allí para verlo, aunque quería hacerlo.
-¡VETE COÑO! -esta vez gritó con furia.
-¡ERES UN PEDAZO DE MIERDA, UN JODIDO GILIPOLLAS! -le grité de vuelta y salí corriendo de la tienda, dejándole solo.
Llegados a este punto, me sentía completamente rota, rota y agotada. Habíamos pasado de sentirnos el uno al otro a gritarnos mierdas en la cara, siempre acabábamos así y esa era una situación con la que ya no podía mediar más, no tenía porque hacerlo.
Tenía que cortar esto, ya estaba volviéndose algo perjudicial para ambos, pero él no se daba cuenta de eso, joder; solo complicaba más las cosas con sus palabras y sus malditos berrinches.
Si no le hubiese conocido todo hubiese sido distinto, estaba segura, pero ya no había vuelta atrás, debía irme, dejar todo atrás, empezar mi nueva vida de rebelde y olvidarme de todo lo que iba a dejar aquí, menos de Niall, de él no quería, ni iba a olvidarme.
Entré a casa y Maura y Niall estaban en el sofá viendo la televisión. Fijaron su vista en mí en cuanto me vieron aparecer.
-Preciosa. -Niall se levantó y con una enorme sonrisa me acogió entre sus brazos. Sin duda era lo que necesitaba, aunque solo estaba provocando que mis lágrimas quisieran salir a mares. -Ven, siéntate. Ya me ha contado mi madre.
Miré a Maura y ella me devolvió la mirada, seria.
-Bueno, hay algo que no te he contado y será mejor que te lo cuente (Tn__). Voy a la cocina a preparar algo. -Maura se levantó y nos dejó solos. Ya me imaginaba que lo que no le había contado era lo de que probablemente me iría de Londres, digo probablemente porque Maura no lo sabía con seguridad en ese momento; pero ahora estaba todo más que claro, lo de Harry me había aclarado más las ideas, tenía que irme.
-¿Y bien?¿Cómo estás preciosa?
-Podría estar mejor rubio, pero los rebeldes nunca nos rendimos y siempre estamos bien.
-Maldita loca. Un rebelde no tiene porque estar siempre bien y conmigo no tienes que fingir.
-No finjo, querido Niall, de verdad que estoy bien. -le sonreí y le di un pequeño golpe en el brazo.
-¿Sabes? -cogió mi mano. -Te admiro mucho espíritu libre, siempre tan fuerte, tan entera. Creo que nunca te he visto llorar, y reconozco que a veces me pregunto como sería tu cara cuando lloras, si es que has llorado alguna vez. -rió.
Era cierto, Niall nunca me había visto llorar, era extraño, nunca mostraba mi debilidad cuando estaba con él, y sin embargo la había mostrado con Harry en apenas dos meses; era un tema que ni yo misma lograba entender, pero en parte me alegraba de no llorar delante de él, si algo odiaba era que el rubio me viera bien.
-Es que solo lloro cuando estás con Gemma. -me carcajeé.
-¿Y la gracia? -me miró mal y después se echó a reír y yo con él.
Hablé un rato más con él y subí arriba a llamar al teléfono que Maura me había dado horas antes. A la hora de la cena le diría a Niall, Maura y Bbobby que me iba, quería que lo supieran todos a la vez, demasiado duro sería decírselo uno a uno. En cuanto a Zayn... No le diría nada por el momento, si se lo comentaba antes de irme no dejaría que me fuese de la ciudad y no quería también problemas con mi hermano.
Marqué el número y tras tres tonos me respondieron.
-¿Sí?¿Dígame?
-Hola, buenas tardes, llamaba porque estaba interesada en el alquiler de alguna casa.
-Ha llamado a la persona indicada entonces. -noté la amabilidad en su voz. -¿Dónde la quiere?
Lo pensé por unos momentos, no había decidido lugar, solo sabía que me quería ir de Londres. Quizá Newcastle, siempre había querido vivir allí, recordaba haber estado allí mi hermano y yo éramos pequeños y fuímos con mis padres a visitar la ciudad, era muy pequeña pero me acuerdo del lugar y de lo mucho que me gustó, aparte me traía recuerdos, así que elegiría ese lugar, era del único que tenía una ligera idea además.
-¿Señorita?¿Señorita, está ahí? -volví a escuchar la voz de aquel hombre en mi oído.
-Sí, sí, perdón. Quería a poder ser en Newcastle.
-Claro, bonito lugar. Tengo una que estoy seguro de que será perfecta para usted. Solo tendría que pagar 400 libras al mes. ¿Qué le parece?
-Me parece genial, me fío de sus gustos, así que más vale que esté bien.
El hombre se echó a reír.
-Le gustará lo prometo. ¿Cuándo podría venir a verla?
-Mañana mismo.
-Eso si es eficacia, ¿le parece bien a las 11 de la mañana? Ahora mismo le envío un mensaje al número desde el que está llamando, con la dirección completa.
-Me parece perfecto. Hasta mañana entonces.
-Hasta mañana señorita, pase buena noche.
Una cosa hecha, si mañana me gustaba la casa mi vida nueva habrá empezado y con ella dejaré todo atrás; mi padre, mi trabajo, y a mi león mal domado. Ya le ponía hasta el posesivo "mi" delante, definitivamente, sentía más de lo que creía.
Llegó la hora de la cena, yo me había pasado toda la tarde en la habitación pensado en como sería todo después de mi partida, y que me esperaría, era todo lo que había querido siempre, ser libre y hacer lo que yo quisiera, pero por otra parte, sentía que dejaba lo más importante de mí aquí, pero estaba casi segura de que lo que me esperaba era mejor de lo que tenía.
Una vez abajo busqué mi sitio en la mesa. Había dos sillas libres, Bobby no había venido... ¿Dónde se habría metido? Niall me miraba desde su asiento y Maura seguía trayendo cosas de la cocina, me senté frente a Niall y Maura a mi lado en apenas segundos.
-Que buena pinta tiene todo. -intenté sacar lo mejor de mí, ya que solo me quedaban horas a su lado.
-Gracias cariño. -me agradeció Maura.
Empezamos a cenar, la verdad es que estaba buenísimo, Maura siempre había sido una excelente cocinera, y una vez más volvía demostrármelo, hacía casi 5 años que no comía nada hecho por ella, y la verdad lo echaba mucho de menos.
-¿Y cuáles son tus planes a partir de ahora preciosa?
Maura soltó el tenedor, el cual golpeó bruscamente el plato y Niall fijó la vista en su madre, mientras ella seguía con la vista fija en mí, y yo no sabía ni donde mirar. Era el momento, debía decírselo, no sabía como le sentaría todo esto, pero era mi decisión y estaba segura de que Niall la respetaría.
-Pues verás, quería deciros que....
-¿Qué?¿Qué pasa?¿Qué me tienes que decir (Tn__)?
-Me voy...
-¿Cómo?¿Ya tienes otra casa en Londres? -sonrió, no me había entendido bien.
-No Niall, me voy de Londres. Necesito hacerlo.
-¿Qué? -arrojó los cubiertos contra el plato. -¿Qué me quieres decir con eso?¿Qué te vas lejos de nosotros?
-Niall, me voy, pero vendré a veros. No me voy a olvidar de vosotros.
-Sí lo harás (Tn__), joder. Me prometiste que nunca nos separaríamos, que siempre estaríamos el uno para el otro. -estaba conteniéndose las lágrimas, podía notarlo. Yo solo la estaba cagando más y más.
-Y yo estaré para ti siempre rubio, las promesas de rebelde nunca se rompen.
-Déjate de promesas, porque ya acabas de romper una, la más importante de todas; dejar de ser mi hermana. -Niall se levantó bruscamente de la mesa, Maura gritaba su nombre, pero él no le hacía caso. Simplemente salió de casa, dejándonos a su madre y a mí sentadas alrededor de aquella mesa.
-Se le pasará (Tn__). -me acarició el brazo.
-No, no lo hará Maura. La he cagado con todo el mundo.
Me levanté de la silla y subí a la habitación, sabía que Maura no se merecía que la hiciese ese desplante, pero solo tenía ganas de llorar y gritar, y no quería que ella me viese así. ¿Y ahora qué haría yo si ni mi mejor amigo quería saber de mí? Él mismo había dicho que ya no era su hermana. Niall había sido mi apoyo desde siempre, al igual que mi hermano. Y ahora estaba casi segura de que perdería a los dos, porque Zayn tampoco me perdonaría mi partida, pero no iba a cambiar nada, ya solo me quedaba alejarme de todo y empezar una vida nueva, sin nadie conocido, solos el mundo y yo.
Ya estaba prácticamente arreglada había recogido todas mis cosas. Todos dormían aún, excepto Niall, que no sabía si estaba en casa siquiera. Seguramente se habría ido a casa de Gemma, por no verme a mí, pero casi mejor, no quería más despedidas, tampoco me despediría de Maura, ni de Bobby, ni de mi padre, ni tampoco de Harry...
Saqué todo de la casa, de la manera más silenciosa que pude y lo metí en el coche. Miré por última vez la casa, miles de recuerdos de la infancia la inundaban, y ahora iba a dejar todo.
Monté en mi coche entre en lágrimas y miré mi móvil antes de arrancar el motor por si había alguna llamada o mensaje importante, y vi su nombre... "Harry", Harry me había enviado un mensaje; no sabía muy bien si estaba preparada para leerlo después de todo lo que había pasado, pero tampoco podría omitirlo igualmente, aunque quisiera; siempre había algo que me tiraba hacia él.
"No dejes que pierda la cordura.
Dentro de nuestra locura, tú eres mi cordura"
Esa última frase me rompió por completo.