jueves, 30 de enero de 2014

Capítulo 20


Lana. Era ella, y estaba preciosa. Su cabellera rubia rizada le llegaba hasta la mitad de la espalda y sus ojos verdes irradiaban felicidad. 
Hacía tanto que no sabía nada de ella, se marchó cuando yo tenía apenas 12 años; Niall, ella y yo éramos como los tres mosqueteros de pequeños y Zayn andaba detrás de ella siempre, ese fue su primer amor, y no era para menos, Lana era jodidamente preciosa.
Nueve años, nueve años habían pasado sin verla, sin saber nada de ella, pero tenía la misma cara dulce y y blanquita como si de porcelana se tratase. Podría reconocer esa cara allí donde la viese.
-¿(Tn__)? -su paso no era firme, dudaba, podía verlo, pero no borraba la sonrisa de su rostro.
-¿Lana?¿Eres tú? No me lo puedo creer. -abrí los brazos para que viniera a abrazarme y así lo hizo.
Se acercó a mí y me rodeó con todas sus fuerzas, tenía más fuerza de la que pensaba a pesar de no mostrar músculo alguno.
-Está tan cambiada... Pero sigues teniendo la misma cara, podría reconocerte en cualquier lugar zorrona. -se desprendió del abrazo y me miró a los ojos.
-Eso es justo lo que estaba pensando yo, no has cambiado nada, bueno excepto porque estás más macizorra. -ambas soltamos una carcajada.
-Pues anda que tú, menudo pivón, amiga mía, ten cuidado con los maromos. -miró a Harry y volvió a fijar la vista en mí.
-¿Os conocéis? -me di la vuelta para mirar a Harry, a juzgar por la cara con la que había mirado Lana a Harry y por como sonreía este ahora, podía deducir que sí.
-Claro que se conocen. -afirmó mi hermano, mientras dejaba todas las maletas en el suelo y se acomodaba en el sofá. -Es su vecina y por lo tanto también la mía.
-¿Cómo? -estaba confusa. -Entonces, ¿ella era la chica de la que me hablaste esta mañana?
-Así es hermanita, pensé que te gustaría la idea de vivir con Lana.
Lo cierto es que Lana era un poco diferente a mí en estos momentos, por lo menos en lo que apariencia respectaba. Falda vaquera hasta la rodilla y jersey rosa ajustado. Igual podría cambiar un poco su estilo de vestir; estaba segura de que interiormente seguía siendo la misma. Y la había echado de menos todos estos años; era cierto que había tenido a Niall a mi lado, pero siempre había necesitado ese punto de vista femenino desde la muerte de mi madre.
-¿Qué dices entonces rebelde?¿Te vienes a vivir conmigo? Dime que sí, venga zorrona. -me agarró del brazo esperando una respuesta.
-Yo preferiría que te quedases aquí, pero si no hay más remedio ve con la rubia. -Harry me susurró en el oído. Maldita manía que me descomponía por dentro.
No tenía nada que perder y además me moría de ganas por charlar con ella, y pasar tiempo juntas, para ser sincera extrañaba tener algo de tiempo de chicas; estar con Lana me vendría más que bien, estaba segura.
-De acuerdo, pues mañana mismo tienes inquilina nueva.
-Ay, que ilusión (Tn__). -me volvió a abrazar de esa manera que estaba empezando a odiar porque cerraba el paso del aire a mis pulmones. -Pásate mañana a la hora que quieras a instalarte, yo estaré en la universidad hasta eso de las ocho de la tarde, así que mientras acomódate y haz lo que quieras. Aquí te dejo las llaves, no las pierdas que nos conocemos. -me guiñó un ojo.
-Perra, solo perdía las cosas de pequeña, he cambiado. -le reproché con las manos en la cadera.
-Eso habrá que verlo. Tenemos tanto de lo que hablar. No puedo esperar a mñana. -me dedicó otra de sus bonitas sonrisas.
-Yo tampoco Lana, te he echado tanto de menos, a pesar de que éramos unas crías.
-Y yo a ti. -suspiró.
-Bueno, me voy, que mañana tengo examen y quiero repasar. Lo dicho, pásate cuando quieras. Nos vemos chicos. -besó mi mejilla y salió de la casa.
Me senté en el sofá mientras Harry seguía de pie riéndose, aparentemente de mí.
-¿De qué te ríes imbécil? 
-De la cara que se te ha quedado. -se sentó a mi lado
-Es que jamás pensé que me encontraría con ella de nuevo, pero me alegro tanto. La he necesitado estos años.
-Sí, porque nada más que te movías entre hombres y eso a tu hermanito no le gusta. -me señaló Zayn.
-Zayn, eran solo amigos. No empieces con gilipolleces. -rodé los ojos.
-A mí tampoco me gusta eso.
-Otro gilipollas. ¿Podéis dejar de ser tan rígidos?
-Oye a tu hermano lo respetas, ¿eh niña?
-Calla mamón.
-Aunque cualquiera se acerca a ti con ese carácter. Dan ganas agarrarte del cuello.
-Lo que tú digas. -fruncí el ceño
Tenía que preguntarle que había pasado en casa de Niall, la noticia del regreso de Lana me había alegrado sí, pero no había hecho que olvídase mis problemas con él. Quizá las cosas jamás volverían a ser como antes, pero seguiría preocupándome por él, a pesar de todo; le quería, aunque intentara ocultarlo tras mi coraza.
-¿Y bien?¿Qué ha pasado en casa de los Horan?
Me tensé, Harry pareció notarlo porque se sentó a mi lado y acto seguido me cogió poniéndome en su regazo.
Zayn no dijo nada, tan solo sonrió y prosiguió con lo que le había preguntado.
-Niall no estaba, tan solo estaba Maura.
-¿Y...cómo está? -mi voz se cortaba.
-Bien, pero dice que está preocupada por Niall. Al parecer desde que discutistéis no es el mismo, apenas pasa por casa. Maura cree que está arrepentido por todo lo que te dijo, pero que su orgullo no le deja acercarse a ti.
-Siempre el puto orgullo. -apoyé mi cabeza en el pecho de Harry y este suspiró fuerte. -No pienso hacer nada, porque yo no hice nada malo. Él fue el que me cuestionó.
-Te quejas del orgullo y tú eres igual hermanita. Tarde o temprano terminaréis arreglándolo.
-O no Zayn, sé que ninguno de los dos vamos a intentar hacer nada. Somos unos imbéciles.
-Si de veras te importa tanto, harás hasta lo imposible porque vuelva a tu lado. -me rodeó con más fuerza. -Quizá no al principio, pero creéme que tu jodido corazón de rebelde no dejara que os separéis.
Sabía que eso lo decía por él y por mí, había intentado mantenerme a su lado desde que le conocí, por unas cosas o por otras, me quería y yo a él también, y no hacía falta que nos lo dijesemos, los actos lo demostraban. Quizá fuésemos unos putos locos cuando nos enfadábamos, pero era nuestra manera de demostrarnos que nos importábamos.
A lo mejor Harry llevaba razón y el tiempo podía hacer que yo llegase a hacer hasta lo imposible por tener a Niall a mi lado de nuevo, o podría ser que se me anticipase él; solo el tiempo lo diría.
-Puede que lleves razón.
-La llevo, te guste o no. -apoyó la barbilla sobre mi cabeza.
-Ojalá y lo arregléis porque ya tengo bastante con aguantar los berrinches del gilipollas este, como para aguantar los tuyos también. -se carcajeó, levantándose del sofá. -Por cierto, no contéis conmigo para la cena, tengo planes. -alzó un lado de su boca, dejando ver una sonrisa pícara.
-Eres una jodida puta, hermanito. Ten cuidado con quien te revuelcas. No quiero sobrinos, ni enfermedades raras.
-Bastarda. -se mofó. -Descuida, sé cuidarme.

Abrí los ojos, y me los froté con las manos. Tenía la cabeza apoyada en las piernas del león y este se había quedado dormido sentado, con la cabeza echada para atrás y la boca abierta. Se veía terriblemente gracioso. El reloj del salón marcaba las doce de la noche y yo me moría de sueño. Me tocaría despertar a Harry para que se fuese a la cama.
-Harry... -susurré. -Harry... -Le acaricié el brazo de arriba a abajo haciéndole reaccionar. Soltó un pequeño gruñido y de un solo movimiento me atrapó debajo de él.
-He sido rápido, ¿eh fiore? -apoyó sus manos a ambos lados de mi cabeza para levantar su peso.
-León aparta, vamos a dormir anda. Déjate de gilipolleces.
-Eh, eh, eh, esa no es la manera de librarte de mí. -sonrio´y comenzó a dar pequeños besos por mi cuello, haciéndome estremecer.
-Harry...
-Shhh... No interrumpas esto. -me levantó la camiseta dejando mi vientre al descubierto y empezó a dar pequeños besos por ahí también, de arriba a abajo.
Me estaba volviendo loca, si seguía así no podría soportarlo. El calor empezaba a subir por todo mi cuerpo, haciéndome perder el control.
-Esta... esta mañana te dije que no quería un aquí te pillo, aquí te mato.
-Y no lo será. -afirmó mientras subía de nuevo a mi cuello. -Solo necesito oírte gritar mi nombre.
Empezaba con su mentalidad sucia, de cualquier otro tío me hubiese repudiado, pero esas palabras saliendo de su boca eran puro morbo para mí.
-Quizá gruñas tú el mío antes. -le aparté de un empujón y me subí a horcajadas sobre sus piernas. Entrelacé mis manos con las suyas para evitar que me tocara y comencé a besarle el cuello como él había hecho con anterioridad.
Junté mis labios con los suyos y los saboreé suave y dulcemente, aumentando el ritmo cada vez más. Mordí su labio inferior y eso hizo que abriera la boca dándole cabida a mi lengua. El beso pasó a otro nivel, ahora era puro fuego y pasión, necesidad.
Deslicé mis manos por su torso hasta llegar al bajo de su camiseta. Nuestras respiraciones estaban aceleradas y las ganas nos consumían.
De un solo tirón se la saqué por la cabeza y pude contemplar su torso de nuevo, esta vez parte de él estaba cubierto por las vendas que le había puesto esa mañana, lo contemplé. Podían haberle matado, eso me hizo frenarme por completo.
-¿Qué pasa ahora? -parecía irritado.
-Nada, es solo que tú estás dolorido y... -pensé por unos segundos. -Vámonos a la cama, por favor. -me aparté de él y me puse en pie.
-Está bien (Tn__). -subió las escaleras en silencio y yo le seguí.
Paró frente a la puerta de su habitación y se volteó para mirarme.
-Por lo menos, dormirás conmigo, ¿no? 
Ya no sabía descifrar su tono, seguramente miles de gilipolleces estaban rondando su mente de nuevo, miles de mierdas que le hacían comerse la cabeza.
-Sí, lo haré. -asentí y ambos entramos en la habitación.
Harry se deshizo de sus pantalones en silencio, abrió el armario y sacó una de sus camisetas viejas para después tendermela.
-Gracias. -me limité a decir.
-Puedes cambiarte, no miraré. -me cortó antes de que pudiera decir algo más.
Rápidamente me deshice de mis vaqueros y mi camiseta y dejé caer la camiseta de Harry sobre mi cuerpo.
Mi actitud le había molestado, estaba completamente segura, pero verlo herido me había frenado automáticamente. Esta vez era una sensación extraña, completamente indescriptible. No quería que se cabreara conmigo, tan solo que me entendiera.
Me acerqué a la cama y eché hacia atrás las sábanas para poder meterme. Harry hizo lo mismo en el otro lado de la misma. Me tumbé dándole la cara mientras que él tenía la vista fija en el techo, por lo poco que me dejaba ver la luz de las farolas que entraba por la ventana.
-Harry, no quería molestarte, de verdad.
-Fiore, ¿de verdad sientes algo por mí? -su tono se había suavizado.
-Claro que siento algo por ti, sino no estaríamos durmiendo en la misma cama, ni dejaría que me besaras o me tocaras, y mucho menos habría aceptado ser tu novia.
-Joder, ¿por qué eres tan díficil a veces? Pensé que querías y ahora me siento como un hijo de puta.
-Harry. Quería, de verdad que quería, pero no en estas condiciones, tú estás herido y dolorido, entiéndeme.
-Te entiendo, o trato de hacerlo de verdad. A veces acabas con mi puta paciencia, pero no quiero separarme de ti.
Me acurruqué contra su pecho y él apoyo la mano en mi espalda rodeándome. No quería hablar nada más, estaba exhausta. Harry no había perdido el control mientras hablaba conmigo y en parte no quería decir nada que pudiera cagarla.
-Fiore.
-¿Hmmm? -mis ojos ya estaban completamente cerrados. Trataba de procesar todo lo que había pasado en tan solo un día. Era de locos.
-Te quiero.

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